Arianne Ponce.
viernes, 14 de agosto de 2015
Un día de agosto
Hoy es un día de agosto. La espera que agonizaba a oscuras
ha salido de paseo, y el arrebato de una ilusión que carecía de sapiencia a
quedado con ella en alguna esquina. Quien recuerda temores de amores de niños
es quien redacta la historia sin letras. Corriendo sin entenderse continua
sonriéndole a unas líneas que cada día le recuerdan más a esa persona que
aunque niegue, por un tal Gregor Mendel ha de imitar. ¡Vení primaveras
perdidas! Decena más uno de esos que celebra la gente y que sirven poco más que
para archivar eventos o sucesos que dentro de un tiempo han de olvidar, han
transcurrido. Sonríe. Anda, sonríe! Disfruta el momento que te has merecido por
buena, por mala o porque me da la gana. ¿Qué
importa el motivo si ya has envejecido y te aguarda poco mas de milenio my
medio de días por despertar? No se si me muero o es sólo un reflejo de vida,
mas ya eso no importa, estoy aturdida, aburrida, intranquila. Un sueño dorado
nervudo ha retornado a mis noches. ¿Qué importa si la visita es corta? Hoy río
y no duelo; hoy muero y revivo; hoy suspiro al pensar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)