miércoles, 1 de octubre de 2008

Texto oculto

366
Desconozco si este es el primero del último o el penúltimo de los primeros escritos de coherencia imposible estimuladas por la migraña y que hace un par de solsticios trenzo entre las letras que no trazo. La lógica propone una tregua a gritos, mientras la historia evidencia 366 días sidéreos. Ha sido un buen tiempo, mi Capitán! La marea se ha mantenido mayormente estable y el compás todavía obedece al magnetismo.

Recuerdo el inicio, cuando el mundo era un novato que jugaba en la calle sin temor a rasguñarse las rodillas, y las preocupaciones aun no maduraban, ni caían para ilustrar la gravedad. Lo recuerdas? ..Cuando una sonrisa era sincera y no esperabas recompensa, cuando el hacer locuras no difería de la cordura, y te pintabas el cuerpo con el recuerdo? Hoy todo a cambiado.. tal vez hemos envejecido demasiado, o el tiempo nos ha seducido como a los otros. Tanto temerle a esos “otros” para terminar entre ellos. Pensemos..

Dejamos de ser persona para ser bacteria, microorganismo unicelular, abundante en una sociedad X. Por qué? Temor a sobresalir, a sobrevivir, al fracaso, a la demencia, a ser y no fingir ser? La necesidad no es alternativa válida. Hemos clausurado la fábrica de sueños antes de concretar el primero. Es verdad, soñar no te mantiene el estómago contento pero ayuda a seguir, a justificar las clases de baile necesarias para graduarse, o mitigar las horas de esclavitud en un trabajo sin paga.

Amigo mio, si bien es cierto que dos cabezas no cambiaran el mundo, propongo tres estrategias para pensar. Esperar como Newton a que algo nos caiga en la cabeza—cosa que tomará un largo tiempo, golpearla cuantas veces sea necesaria para alcanzar un record y ganarse la vida de ello, o luchar como Galileo por un ideal propio. De cabezones esta saturada una historia redactada por idiotas. Está en nosotros elegir nuestro papel. Yo ya opté por uno, acaso lo has hecho tú?
Arianne Ponce. / 2 de Marzo, 2008

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